fbpx

Una constelación en la noche oscura.

Written by on julio 2, 2020

Por Jennifer Barillas.

El tiempo de la pandemia lo he tomado como un tiempo de renacer personal. Un viaje hacia sitios oscuros y desconocidos, y en medio he encontrado hermosas estrellas, que sin la oscuridad no habría podido apreciar la magnánima belleza que tienen.

Estoy muy agradecida por este tiempo de pausa prolongada. En verdad he aprendido mucho

Doy gracias por el presente, por las 24 horas de cada día más que antes, pero también porque aún están a mi lado las personas que más amo.

Hay mucha luz en esta oscuridad. Mis hijos han aprendido a llevar un ritmo hogareño con sus responsabilidades escolares y las de la casa a la par, no se quejan, no se enojan, han aprendido a que somos un equipo. No les gusta, pero no es pleito para mi y con eso ya me siento enormemente premiada.

A mi papá que en su estado de salud especial es parte de mi proceso de liberación interior y de sanación.

A mi esposo, papá de nuestros Carlos y Mafer, quien ha estado como compañero de fórmula en este viaje, no ha bajado el ánimo, ni las fuerzas para salir a trabajar, para compartir con nosotros y unirse al ritmo de la casa con amor, con entrega, con dedicación. Gracias por hacer del hogar un sitio llevadero en paz y tranquilidad, eso lo valoro hoy más que cualquier otro tiempo.

Rituales de luz

Antes de hacer cualquier cosa medito al despertar, eso es no negociable y lo primero. Ahí doy gracias por muchas cosas pero hay una  práctica que aprendí estos días y es a dar gracias cada mañana por cinco cosas. No tienen que ser algo grande. De hecho, dar gracias por poder ver, respirar, caminar, escuchar ya es una gran cosa, pero también dar gracias porque hiciste una taza de café o por tantas otras cosas que damos por sentadas.

También en la meditación practico el perdón, no sobre cosas que hayan sido demasiado fuertes como un trauma del pasado. Pero si perdono una mala actitud, una situación desagradable; y lo mejor de todo, pido perdón también. No siempre podemos o no siempre estamos listos para pedir perdón de manera personal pero lo podemos hacer sinceramente en oración, para mí en meditación.

El auto perdón ha sido uno de los regalos más hermosos, porque desde niña aprendí a perdonar a los demás pero no practicaba perdonarme a mí misma, y si no me perdono será más difícil perdonar a otro. Así que me siento con menos carga ahora que estoy más consciente de mis áreas de mejora continua.

Cuando he estado triste, y he experimentado dolor, imagino que no soy la única que se siente triste y pienso en rostros de niños, ancianos, mujeres, hombres, seres vivientes que experimentan lo mismo. Imagino que ese dolor se encierra en una bolita imaginaria ese dolor y poco a poco se comienza a convertir en una luz que se expande de regreso donde todos podemos sonreír y sentirnos en paz y llenos de gratitud. Eso me alivia, me hace sentir feliz, pensar que millones de rostros se iluminan, que todos los seres vivos pueden sentir esa dicha.

Las buenas compañías.

He sido muy afortunada de conocer nuevas personas que han aportado luz a mi vida. Eso me hace sentir feliz y llena de gratitud hacia la vida. En este tiempo de pandemia he visto tantas personas ayudando por las lluvias a quienes se quedaron sin alimento, hogar, apoyo. Otras piden plasma en sus redes sociales, ayudan de corazón.

Doy gracias a esas mujeres maravillosas con las que me he encontrado en mi grupo de lectura, a cada una por unirse al Powerful Book Club y participar, llegar cada jueves, abrir sus corazones, reír juntas, compartir el aprendizaje y expandir la luz del conocimiento y del amor.

Doy gracias por las mujeres que han sido mis coachees que han terminado su proceso y que ha sido todo un viaje al centro de sus propias vidas para desafiarse, cuestionarse, volverse a encontrar y tomar fuerzas renovadas para volverse un ser más grande. Son cada una es admirable y doy gracias por permitirme ser parte de ese precioso proceso. Las felicito porque lo que se comienza se termina y ahí estaré para cuando quieran volver.

Hermanas de luz

A mi mamá, ella no es mi hermana, pero me ha acompañado siempre, ha estado a mi lado hasta hoy y mi vida no sería ni por cerca lo que es sin ella. Se lo debo todo a ella, te amo mamá, sos mi faro, mi ejemplo, la estrella más grande.

A mis amigas de hace décadas, y otras que sé que conozco de otras vidas, a esas compañeras de viaje preciosas y que amo sinceramente, gracias por llamar, por responder mis mensajes porque nos hemos dedicado tiempo y darnos fuerza juntas, nos hemos compartido luz y fortaleza. El camino sin ustedes habría sido largo, doloroso.

Julie, hermanita de sangre, de alma, de corazón, de todo. Hoy nos hemos llamado más que antes y he gozado cada plática ¡Qué bendecida he sido con tenerte hermana! Te amo con todo mi corazón, sos de los regalos más preciosos en mi vida, la de mis hijos, la de toda persona que te rodea.

Mapas de viaje

En este viaje me he acompañado de mapas, libros con grandes enseñanzas que llevaré para toda la vida, lo que sea que eso dure.

Había heridas del pasado que sentía que no podía sanar porque ni sabía que estaban ahí, y hoy han sanado. Había miedos ocultos que tampoco sabía que me frenaban y me hacían retroceder y ahora he podido identificarlos y sentirme liberada. No puedo decir que viviré sin miedo alguno, pero puedo caminar con fe y confianza mucho más que antes porque he podido ver con claridad muchas de las cosas que no sabía que me afectaban.

He podido tener acceso a una claridad que no sabía que existía. Me siento agradecida por ello. Los cursos en línea, los libros, todos estos maestros han sido maravillosos y les envío mi amor y gratitud, y deseo que sean bendecidos en abundancia por abrir sus conocimientos y ponerlos en nuestras manos, en las manos de quien desee aprender de ellos.

Breneé Brown, Mel Robbins, Pema Chodron, Vishen Lakiani, Michael Bungay, Marshal Goldsmith son algunos de los autores que he leído en estos meses. Pero también los cursos en línea donde también hay personas que han ayudado con su conocimiento y ya no menciono para no aburrir.

Esta parece una carta de despedida y en cierta medida lo es. Mucho de mi viejo yo se ha ido estos días y he visto nacer una nueva parte de mi que brota y se nutre con el tiempo.

Sigo dando gracias por el tiempo presente y me siento más convencida de que el cambio es un tesoro del que pienso tomar como alimento para crecer y expandirme.

 


Tagged as




Search